La innovación está a la orden del día en el deporte de alto nivel. Análisis de rendimiento, big data, estadísticas avanzadas, conocimiento táctico y técnico, prevención de lesiones, digitalización en la gestión, herramientas de vídeo análisis y scouting, etc. Todos estos elementos son ya indispensables en el fútbol de élite. Ahora bien, ¿cómo se debe aplicar esta innovación en el fútbol formativo?
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Esta es una de las grandes preguntas que se hacen desde las academias de fútbol de los clubes de primer nivel y las entidades semiprofesionales o amateurs que trabajan en el desarrollo del talento emergente. No hay que olvidar que en el fútbol formativo el desarrollo deportivo y personal del jugador debe ser lo que predomine por encima del resto, por lo que innovar en metodología no debe entenderse como una forma de acercarse a la victoria, sino como un apoyo trascendental para su formación.

Las academias deben garantizar que los niños y niñas futbolistas tienen a su disposición unas condiciones óptimas para la práctica deportiva. Desde 4-Football estamos convencidos de que no es cuestión de contar con los mejores recursos o instalaciones, sino de permitir que desde tempranas edades los jugadores y las jugadoras se puedan familiarizar con métodos de trabajo enfocados a extraer el máximo rendimiento, prevenir lesiones o aumentar sus capacidades tácticas. Es decir, permitir que la formación sea lo más completa posible y que a la vez contribuya a su crecimiento, tanto deportivo como humano. Y ello no se consigue únicamente con el uso de recursos tecnológicos. La base de todo, el punto de partida, está en contar con los técnicos que contribuyan al crecimiento formativo de los y las jugadoras.

Para lograrlo, es necesario contar con técnicos que, además de contar con licencia para entrenar, vayan más allá y estén preparados para llevar el entrenamiento a un nuevo nivel. La UEFA cifra en más de 200.000 el número de entrenadores de todas las categorías alrededor de Europa que cuentan con alguna de las licencias del organismo. En cambio, en otros mercados, como el norteamericano o asiático, la falta de talento es uno de los principales déficits que frena el desarrollo de los jóvenes por mucha inversión que pueda haber a nivel de instalaciones o tecnología.

Mientras, el fútbol español destaca sobremanera la gran cantidad de técnicos con una alta formación académica. Sin embargo, uno de los talones de Aquiles del fútbol base en España es el grado de desaprovechamiento del talento. Muchos de los técnicos no pueden transmitir sus conocimientos a sus jugadores debido a la falta de profesionalización y recursos que tienen en sus clubes. De este modo, cada vez es más relevante que los entrenadores puedan apoyarse en todo tipo de herramientas para hacer su trabajo.
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A ello se le suma que los perfiles especializados cotizan al alza y son cada vez más demandados tanto en clubes de pequeña y gran envergadura. Labores como la planificación o programación de los entrenamientos, el trabajo individualizado con cada jugador, o el análisis táctico tienen cada vez más peso en el fútbol formativo.

La tecnología es otro gran aliado para las canteras ya sea para potenciar el rendimiento, la prevención de lesiones, la captación de estadísticas avanzadas o para la digitalización de la gestión de los equipos. Ahora bien, no por utilizar más herramientas o contratar los servicios más innovadores se van a lograr grandes avances en la formación de los futbolistas. Para alcanzar un desarrollo óptimo en el fútbol formativo es necesario conocer muy bien las necesidades y posibilidades que tiene cada club, equipo o jugador, con el fin de elegir las soluciones adecuadas. Hay clubes de alto nivel que han llegado a contratar dispositivos GPS o drones que luego no sabían utilizar, ni tenían analistas especializados en este tipo de herramientas, ni entendían realmente lo que les podía aportar. Por eso, la fase de análisis e identificación de necesidades es clave para encontrar a continuación si existe alguna herramienta que ayude a alcanzar las expectativas u objetivos de mejora marcados por cada organización u equipo. Es a partir de ahí cuando la tecnología se debe usar para acelerar el proceso formativo.
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Por otro lado, agilizar y sintetizar la gestión es fundamental para optimizar los recursos en este tipo de estructuras de formación. Las herramientas digitales se han vuelto esenciales en los últimos años, y los clubes que no cuentan con ellas para sus labores administrativas o de comunicación pierden una gran cantidad de tiempo, a la vez que están distribuyendo presupuesto de manera ineficaz.
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Finalmente, la gamificación de contenidos se erige como una alternativa para estimular la práctica deportiva permitiendo a los futbolistas compararse contra sí mismos o contra futbolistas profesionales en diferentes facetas, y así motivarse al comprobar su evolución y progreso. Que un niño o niña pueda comprobar cómo va evolucionando en su fase de desarrollo constituye una de las grandes claves para combatir el abandono del deporte.

Todos los anteriores son componentes trascendentales en el trinomio formado entre niños y niñas o jóvenes futbolistas, sus padres y los entrenadores. No hay que olvidar que el objetivo final de la práctica deportiva en estas edades es su desarrollo, no los resultados o el rendimiento sobre el césped. Para contar con una estructura formativa productiva hay que asegurarse que los jóvenes futbolistas disfrutan lo que hacen y evitar que caigan en fases de aburrimiento o desagrado por no haber atendido a sus necesidades que son causas del abandono del deporte en pleno momento clave de desarrollo.
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Desde 2015, el fútbol ha ido perdiendo practicantes de forma progresiva, sobre todo entre los jóvenes. Esta merma se acentúa aún más, precisamente, en las edades de desarrollo, cuando más importante es su continuidad para garantizar que se alcanza una formación adecuada. Por otro lado, 7 de cada 10 chicas dejan el deporte al llegar a la mayoría de edad, según una investigación del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona. Es decir, la situación es más sensible si cabe en el fútbol femenino.
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Así, el porcentaje de practicantes de fútbol 11 y 7 de entre 15 y 19 ha caído del 48% al 34%, tal y como se desprende de la Encuesta de Hábitos Deportivos, elaborada por el Ministerio de Cultura y Deporte. Para detener este goteo de bajas, es necesario invertir en formación, apoyarse de nuevas herramientas y buscar la satisfacción de los y las futbolistas. En estas edades la interacción con el futbolista y su entorno es más importante que nunca. Se trata de una comunicación que va más allá del club, que permite medir el grado de satisfacción del futbolista y su entorno más cercano.